Nuestros pensamientos forjan
nuestra realidad
No es nada nuevo
en estos días decir que cuidemos nuestros pensamientos porque es factible que
aquello que esté en nuestra mente con frecuencia, se convierta en realidad, aunque
esto sería tomado como una locura o superstición hace una década tal vez, pero
todo cambió mucho, gracias a Dios, y a la nueva energía que nos reúne en este
siglo a todos los que concordamos con este pensamiento y ahora esto es una
realidad.
Hay un viejo
aforismo que cita “Como un hombre piensa en su corazón, así es él,” y
esto es una gran verdad dado que el ser humano se transforma en lo que piensa, siendo su forma de ser la
suma de todos sus pensamientos. Si alguien constantemente tiene pensamientos tristes,
deprimentes, será una persona depresiva, lo podemos comprobar a diario, y le
pasarán constantemente cosas malas, negativas, le irá mal en la vida.
En cambio otra persona tal vez con las mismas circunstancias que la anterior, alimentando en su mente pensamientos positivos y optimismo, atraerá a su vida, alegría, salud, felicidad.
Generalmente si observas detenidamente a tu alrededor, esto es lo que pasará, aunque puede haber excepciones, obviamente.Si comparamos a nuestros pensamientos con la
naturaleza, con las plantas, podemos decir que una planta brota de su semilla,
y no podría ser de otra manera, así cada acción de un hombre brota de las
semillas invisibles del pensamiento, y no podrían existir sin ellas.
Las acciones son brotes del pensamiento, y la dicha y el sufrimiento son
sus frutos, por lo tanto podemos decir que el hombre cosecha los frutos dulces
y amargos que él mismo siembra. Siempre tenemos que tener en cuenta que
nuestros pensamientos
nos hacen lo que somos, nos forjan y modelan. Si albergamos en nuestra mente
pensamientos bajos, oscuros, lo que llamaríamos “de baja vibración”, el nos
acompañará siempre pero si nuestros pensamientos son elevados, nos acompañarán la
dicha, la felicidad, las buenas oportunidades, siempre, puedes tener la certeza
de ello.
Esto metafísicamente visto se debe a la ley de causa y
efecto que es infalible, no falla, y nos habla justamente sobre esto, y es que así
como es el reino oculto de nuestros pensamientos será nuestro mundo exterior.
Se manifiesta exactamente lo que tenemos dentro nuestro. También en la Biblia
cuando se decía “como es arriba es abajo”, se hablaba de esto.
Las leyes metafísicas son leyes universales, rigen
toda la vida, y actuarán, creas o no en ellas, podrás comprobarlo siempre. No
lo ve quien no quiere ver lo obvio.
Un carácter admirable no es un asunto de suerte, sino
el resultado natural de un constante esfuerzo en albergar pensamientos
correctos, el efecto de una muy larga y apreciada asociación con pensamientos
admirables.
Un carácter desagradable, hosco, tosco, brutal,
amargado, por el mismo proceso, es el resultado de vibraciones bajas, de
pensamientos oscuros.
Eligiendo pensar positivamente, vibrar alto, palabra tan
aplicada en los últimos tiempos, pero hacerlo de verdad, como algo natural, que
sale de nuestras entrañas, poco a poco la persona se convierte en un ser cada
vez más luminoso, más atractivo, más amable, (en el sentido de ser amado). Por
el contrario, si elegimos pensamientos de baja vibración constantemente,
descendemos a los infiernos, metafórica y literalmente.
Quizá muchos lugares de internación de personas
enfermas mentales, estarían vacíos si la gente se apegara a las leyes
metafísicas, si creyera en las consecuencias de pensar incorrectamente.
Obviamente que en esta vida nada es totalitario, no
todo es blanco o negro y entre ambos extremos encontramos toda la gama de
caracteres, está en cada uno ir superándose para alcanzar los máximos niveles,
esta tendría que ser la finalidad de la vida, el aspirar a ser más luminosos,
no a tener más dinero o posesiones, porque ellas no nos acompañarán al cambiar
de plano.
De todas las verdades que han sido rescatadas de las
antiguas enseñanzas milenarias de los grandes maestros espirituales, esta
parecería ser la base, la más importante que tenemos porque saber que podemos
dominar y controlar nuestros pensamientos para modificar nuestra realidad,
debería ser lo más importante a perseguir en la vida.
Si desde nuestra infancia se nos enseñara eso, y a
aplicarlo de manera correcta en cada instante de nuestra vida, otro sería
nuestro destino, y casi podríamos ser invencibles.
Sabiendo que tenemos ese poder, y la llave para que cada
circunstancia pueda ser modificada y mejorada, deberíamos sentirnos super poderosos.
Con esto quiero decir que incluso sabiendo esto
podemos rescatarnos de lugares oscuros, de estados autodestructivos, si ponemos
un ápice, una pizca de voluntad. El secreto, el gran secreto es ese: poner algo
de voluntad, intentando así torcer un destino que tal vez creíamos era
inevitable y definitivo.
Para todo esto, es necesario tener una cierta disciplina, proponernos avanzar y conocernos mejor, saber cuales son nuestras debilidades y como enfrentarlas, para poder superarlas. Tenemos que profundizar dentro nuestro, no pensar que perdemos el tiempo cuando intentamos estar con nosotros mismos, a solas, en silencio, pensando, visualizando, meditando.
Son “herramientas espirituales” de esta nueva energía. (Consúltame a través del formulario de contacto), esas que enseñé durante tanto tiempo y que quisiera que todos pudieran emplear.
De esta manera podríamos intentar ir dejando medicamentos, artificios, estructuras, y
volcarnos más a lo natural para mejorarnos interna y externamente.
Estamos en camino, podemos lograrlo.
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