(5) Volviendo a su instrucción, sí quiere acrecentar la capacidad de las tres actividades -contacto, impresión, relación- puede practicar un ejercicio simple antes de retirarse a dormir.
Después de lograr en lo posible una posición cómoda, trate de adoptar la actitud interna de que suavemente se va desprendiendo del cuerpo físico, manteniendo el concepto en el plano mental, comprendiendo, sin embargo, que es una simple actividad cerebral. De ninguna manera debe involucrar el corazón. La finalidad es mantenerse consciente cuando aparta la conciencia del cerebro y la lleva a los niveles sutiles de la percepción. Usted no abandona permanentemente el cuerpo físico, por lo tanto, no está involucrado el hilo de vida arraigado en el corazón. Durante unas horas y mientras está revestido con los vehículos astral y mental, el objetivo es mantenerse en otra parte conscientemente consciente. En forma terminante se convierte en un punto de conciencia enfocado e interesado, empeñado en salir del cascarón del cuerpo físico. Se aferra a ese punto, se niega a mirar atrás al vehículo físico, las preocupaciones, los intereses y las circunstancias de la vida diaria, esperando firmemente el momento en que su negativa actitud hacia el plano físico y su actitud positiva hacia los planos internos le traigan un instante de liberación, quizás un destello de luz, la percepción de una puerta de escape o el reconocimiento de lo que lo circunda, más la eliminación de toda sorpresa o la expectativa que se produzca un fenómeno.
Cuando practica este ejercicio de abstracción realiza simplemente un proceso diario muy común. Si consigue hacerlo con facilidad, cuando llegue la hora de la muerte podrá automáticamente y fácilmente -debido a que su cuerpo físico no ofrece resistencia alguna, sino que permanece pasivo y negativo- hacer la Gran Transición sin preocuparse por lo desconocido ni temerlo. Quisiera que este ejercicio lo practique todo el grupo. Sólo involucra mantener constantemente una actitud y una fija determinación de aferrarse al punto de conciencia de su permanente yo, más una viva expectativa. Elijo estas palabras con cuidado y les pido que las estudien con el mismo cuidado. (6-421/2)
(tomado de: Una Gran Aventura: La Muerte
Por el Maestro Tibetano
Djwhal Khul
Djwhal Khul
(Alice A. Bailey)
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