LA INTEGRACIÓN...
Me integré en un cuerpo humano de mujer en 1989. El cuerpo en el cual me integré pertenecía a una mujer de treinta y pocos años, una profesional que trabajaba en gráficos de ordenadores, y que aparte canalizaba y daba cursos de crecimiento personal. En enero de 1989, esta mujer sufrió un grave accidente de tráfico, durante el cual recibió el reconocimiento consciente de que había completado su propósito en la vida y que según la Ley Universal se le permitía abandonar el plano de la Tierra. Ella quiso permitir que su cuerpo sirviera de vehículo para que otro ser de una conciencia más elevada lo pudiese usar.
En vez de dejar que su cuerpo "muriera", sintió que otro ser de distinto origen en el universo podría utilizar este espacio para traer una mayor perspectiva y percepción en los cambios planetarios que estaban por llegar. Para que esto pudiera darse, era necesario un intercambio total de almas en el cuerpo físico. Entre enero y junio, los guías de la mujer y la Hermandad de Luz deliberaron intensamente, valorando la intencionalidad e integridad de ella respecto a su pedido continuo de abandonar el plano terrestre.
Bajo la sanción de los guías de la mujer, el Consejo Intergaláctico de los Doce y el Comando Estelar, la apertura fue preparada para que me involucrara en este intercambio de almas. En el Consejo Intergaláctico de los Doce hay seres de los reinos Angelicales y Extraterrestres. El Comando Estelar es un grupo de representantes interplanetarios compuesto por extraterrestres de diferentes culturas del universo, que actúan como un departamento de servicio en la Hermandad de la Luz. Este intercambio fue muy poco convencional, y hasta la fecha solamente 230 "almas entrantes" completamente integradas en cuerpo tienen recuerdos conscientes y acceso a sus reinos. Cada integración es única e implica el intercambio de almas en un cuerpo físico. No todas las "almas entrantes" son extraterrestres. Provienen de múltiples dimensiones y universos.
En vez de dejar que su cuerpo "muriera", sintió que otro ser de distinto origen en el universo podría utilizar este espacio para traer una mayor perspectiva y percepción en los cambios planetarios que estaban por llegar. Para que esto pudiera darse, era necesario un intercambio total de almas en el cuerpo físico. Entre enero y junio, los guías de la mujer y la Hermandad de Luz deliberaron intensamente, valorando la intencionalidad e integridad de ella respecto a su pedido continuo de abandonar el plano terrestre.
Bajo la sanción de los guías de la mujer, el Consejo Intergaláctico de los Doce y el Comando Estelar, la apertura fue preparada para que me involucrara en este intercambio de almas. En el Consejo Intergaláctico de los Doce hay seres de los reinos Angelicales y Extraterrestres. El Comando Estelar es un grupo de representantes interplanetarios compuesto por extraterrestres de diferentes culturas del universo, que actúan como un departamento de servicio en la Hermandad de la Luz. Este intercambio fue muy poco convencional, y hasta la fecha solamente 230 "almas entrantes" completamente integradas en cuerpo tienen recuerdos conscientes y acceso a sus reinos. Cada integración es única e implica el intercambio de almas en un cuerpo físico. No todas las "almas entrantes" son extraterrestres. Provienen de múltiples dimensiones y universos.
El 14 de Julio de 1989 se me concedió el permiso para integrarme en el cuerpo físico de la mujer. Estaba impartiendo un curso en una pequeña isla al noroeste del Pacífico. Yo estaba ubicada en el sur de la isla, en una pequeña nave lanzadera. A primera hora de la tarde esperaba las órdenes finales mientras la niebla aumentaba sobre el agua.
La mujer era consciente de lo que iba a ocurrir. Sus guías le indicaron que abandonara el área donde enseñaba y que se dirigiera hacia la orilla rocosa del sur de la isla, ella sola. Allí se encontró con sus guías que le preguntaron si quería seguir adelante con el intercambio. Los guías facilitaron el intercambio, le indicaron que se tumbara sobre las rocas y realizara una serie de respiraciones rítmicas para desplazar su cuerpo de luz y alma fuera de la forma física humana.
Mientras tanto yo recibía las últimas instrucciones de Ashtar, Torin y Aarah, que estaban suspendidos en mi lanzadera, justo encima de esta playa. A medida que mi cuerpo extraterrestre se desmaterializaba, mi alma empezó a envolver todas las áreas de mi conciencia. Recuerdo un veloz torrente de luz en espiral que enseguida me envolvió, elevándome en movimientos concéntricos hacia la playa en la que se encontraba el cuerpo físico. Un igualmente poderoso torrente de luz me pasó rápidamente y se dirigía a la lanzadera.
La mujer era consciente de lo que iba a ocurrir. Sus guías le indicaron que abandonara el área donde enseñaba y que se dirigiera hacia la orilla rocosa del sur de la isla, ella sola. Allí se encontró con sus guías que le preguntaron si quería seguir adelante con el intercambio. Los guías facilitaron el intercambio, le indicaron que se tumbara sobre las rocas y realizara una serie de respiraciones rítmicas para desplazar su cuerpo de luz y alma fuera de la forma física humana.
Mientras tanto yo recibía las últimas instrucciones de Ashtar, Torin y Aarah, que estaban suspendidos en mi lanzadera, justo encima de esta playa. A medida que mi cuerpo extraterrestre se desmaterializaba, mi alma empezó a envolver todas las áreas de mi conciencia. Recuerdo un veloz torrente de luz en espiral que enseguida me envolvió, elevándome en movimientos concéntricos hacia la playa en la que se encontraba el cuerpo físico. Un igualmente poderoso torrente de luz me pasó rápidamente y se dirigía a la lanzadera.
En un instante descendí y entré en el cuerpo por la parte izquierda de la cabeza y el hombro. El silencio era increíble. Todo lo que me había resultado familiar hasta ahora se había transformado. Ahí estaba yo, en un cuerpo que parecía cemento. Nada se movía, sentía todo muy pesado. Caí en un trance profundo, como un estado de sueño, hasta que desperté mientras la marea subía a mi alrededor. Tenía que moverme, pero ¿Cómo? Mientras pensaba cómo hacerlo, los torpes miembros carnosos empezaron a responder, sacudiéndose y moviéndose nerviosamente. Finalmente, conseguí ponerme de pie y regresar al lugar donde se impartía el curso. La gente se portó de maravilla y me cuidaron en todos los sentidos.
Las funciones motrices del cuerpo terrestre estaban confundidas por el aumento de la energía electromagnética que traía. Con frecuencia el cuerpo se retorcía violentamente, el patrón del habla era robótico y sin ritmo. La voz había cambiado completamente y los ojos difícilmente funcionaban. En general, el cuerpo estaba rechazando la presencia de mi energía. Al final, conseguí adaptarme en 6 meses. Después del intercambio, el alma y el cuerpo de luz de la mujer permaneció a bordo de la nave Estrella del Oeste durante varios meses. Finalmente fue alineada y pudo regresar directamente a su Alma Superior.
consulta sobre el curso y el libro
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