(3) Otro temor que induce a la humanidad a considerar la muerte como una calamidad es el que ha inculcado la religión teológica, particularmente los Protestantes fundamentalistas y la Iglesia Católica Romana: el temor al infierno, la imposición de castigos, comúnmente fuera de toda proporción a los errores cometidos durante una vida, y el terror impuesto por un Dios iracundo. Le dicen al hombre que debe someterse y que no hay escapatoria posible, excepto por medio de la expiación vicaria. Como bien saben, no existe un Dios iracundo, un infierno ni tampoco la expiación vicaria. Sólo existe un gran principio de amor que anima a todo el universo; existe la Presencia de Cristo, indicando a la humanidad la realidad del alma y que somos salvados por la vivencia de esa alma, y que el único infierno que existe es la tierra misma, donde aprendemos a trabajar por nuestra propia salvación, impulsados por el principio de amor y de luz e impelidos por el ejemplo de Cristo y el anhelo interno d...