Los cambios dramáticos de la tierra ¿qué es lo que está ocurriendo? Autor: Tony wicks
Traducción, adaptación y complementación: Jebner zambrana Román “grupo amatista” del maestro saint germain La paz – bolivia
Gran parte de las personas de nuestro mundo, explican claramente cómo los diferentes eventos de la tierra, se están acelerando grandemente. Ayer fue el carnaval, ellos dicen, luego vendrá la pascua y, dentro de poco, llegará
navidad. ¿acaso esa aceleración de los eventos son sentimientos o vivencias que tienen una base real? A partir de la resonancia schumann, se procura dar una explicación. Precisamente, en 1952, el físico alemán, w. O. Schumann, constató que la tierra está envuelta o “cercada” por un campo electromagnético poderoso, el cual se forma solamente, entre la parte inferior de la ionósfera, y un límite superior, cerca de 100 kilómetros, por encima de nuestra superficie. Este campo electromagnético de la tierra posee una resonancia magnética conocida como la
“resonancia schumann”, la cual se manifiesta más o menos constante, en el orden de 7,83 pulsaciones o ciclos por segundo. Funciona como una especie de “marcapaso”, siendo responsable por el equilibrio ecológico de la biosfera, una condición común a todas las formas de vida en el universo.
También se ha podido verificar que todos los vertebrados, así como nuestro cerebro, están dotados de
la misma frecuencia de 7,83 pulsaciones por segundo, también medidas en ciclos por segundo o hertzios.
Empíricamente, se ha hecho una constatación de que no podríamos ser personas saludables, si estamos fuera de los límites de esa frecuencia biológica natural.
Por ello, conocemos que si los cuerpos de los astronautas, mientras se encuentran desarrollando viajes espaciales, salen fuera de los límites normales de la resonancia schumann, adolecen de un conjunto de reacciones en su cuerpo
físico. Sin embargo, si son sometidos a la acción de un simulador schumann, recuperan el equilibrio electromagnético y, consiguientemente, recuperan el buen estado de su salud.
Por millares de años, las pulsaciones del corazón de la tierra tenían esa frecuencia declarada como normal, vale decir, de 7,83 hertzios, límites electromagnéticos donde la vida se desarrolla en relativo equilibrio ecológico.
Sin embargo, a partir de los años 80, y de forma más acentuada, a partir de los años 90, durante el pasado siglo xx, esta frecuencia pasó de 7,83 ciclos/segundo a 11 ciclos/segundo y, finalmente, a los 13 hertzios (ciclos por segundo).
Consiguientemente, podríamos decir que el corazón de la tierra se “disparó” y, de esa manera, los desequilibrios ecológicos en el planeta, en estos últimos años, se hicieron sentir.
Así, las perturbaciones climáticas, huracanes, tifones y tornados, inundaciones, mayor actividad sísmica y volcánica, todo ello, junto al crecimiento de las tensiones y conflictos políticos y sociales en el mundo, y el aumento del comportamiento “desviado” de las personas en general, pasaron a ser una constante en el planeta.
Debido a esta aceleración general del planeta tierra, vale decir, de la “morada”y de sus “moradores”, una jornada de 24 horas, a decir verdad, es equivalente,solamente, a una jornada de 16 horas. Por tanto, la percepción generalizada de
que todo está pasando rápidamente, no es ilusoria, sino más bien, tiene una base real, debido al trastorno de la llamada resonancia schumann.
Por ello, ahora se puede comprender porqué una jornada de 8 horas, en la que, antes de 1980,podíamos hacer muchas cosas, hoy en día, la misma jornada, no nos alcanza sino
para hacer sólo algunas de ellas. Esa es la razón por la cual, mucha genteañora o pide, días de 48 horas, en lugar de los actuales días de 24 horas.
Con esa posibilidad, el tiempo realmente alcanzaría para hacer todas las cosas que antes, en el mismo tiempo, las hacíamos perfectamente. Al ritmo actual, las tareas se confunden, nos pisan y se acumulan de un día para otro, sin mayor explicación. Finalmente, podemos concluir que no es que los seres humanos seamos o nos hayamos vuelto más ineficientes, en cuanto a la utilización del tiempo; simplemente, los días se han acortado por efectos de la alteración de la resonancia schumann y el consiguiente aumento de la frecuencia vibratoria de la tierra en su conjunto.
Gaia, ese superorganismo vivo que es la madre tierra, está buscando formas de retornar a su equilibrio ecológico natural y, con seguridad, va a conseguirlo.
Lo que no sabemos es, a qué precio, ya que el “pago” será efectuado por la biosfera, es decir, por los seres humanos y todas las formas de vida que habitan en ella.
Precisamente, aquí se abre un espacio de discusión para los grupos esotéricos, los grupos místicos, los futuristas y otros, para que proyecten y extrapolen escenarios, ora dramáticos con catástrofes terribles, ora esperanzadores con la
irrupción de una cuarta dimensión colectiva de conciencia, por la cual, los seres humanos seríamos más intuitivos, más espirituales y, consiguientemente, más sintonizados con el biorritmo de la tierra.
Estos criterios están siendo asumidos por los cosmólogos y biólogos de este tiempo, quienes, cada día, con mayor convicción, coinciden en el hecho de que la tierra es un superorganismo vivo, que, conjuntamente la humanidad, forma una sola entidad, tal como los astronautas testimonian desde sus naves espaciales.
Nosotros, los seres humanos, en esencia somos tierra, una tierra que siente, piensa, ama y venera. Consiguientemente, no debemos olvidar que somos tierra, que poseemos la misma naturaleza bioeléctrica del planeta y que estamos
envueltos por las mismas ondas resonantes schumann, al igual que la madre gaia, o, si se quiere, la madre tierra.
Continuará
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