PARTE V
Existe una técnica de morir, así como existe una de vivir ... (4-220)(1) Actualmente existe una gran diferencia entre el método científico de traer una persona a la encarnación y la forma completamente ciega y frecuentemente atemorizada e ignorante con que la despedimos al salir de la encarnación. Trato hoy de mostrar a Occidente un método nuevo y más científico para dirigir el proceso de la muerte y permítanme dejar bien aclarado que lo que tengo que decir, de ninguna manera abroga a la ciencia médica moderna, con sus paliativos y pericia. Todo lo que alego es un acercamiento sensato a la muerte; sólo trato de sugerir que cuando el debido sufrimiento ha terminado y sobreviene el debilitamiento, se permita a la persona moribunda prepararse, aunque esté aparentemente inconsciente, para la gran transición. No olviden que se requiere una fuerte y constante opresión sobre el sistema nervioso para producir dolor. ¿Les resulta imposible concebir el momento en que el acto de morir sea el triunfo final de la vida? ¿No pueden imaginarse que el tiempo transcurrido en el lecho de muerte será el preludio de un retiro consciente? ¿Pueden imaginarse el momento en que el hombre llegue a desprenderse del obstáculo de la envoltura física y sea para él y quienes lo rodean, la tan esperada y feliz consumación? ¿No pueden visualizar el momento en que en vez de -lágrimas y temores, por no querer reconocer lo inevitable, la persona moribunda y sus amigos se pongan de acuerdo respecto a la hora, y sólo la felicidad caracterice el tránsito? ¿Que las mentes de los que quedan estén libres de ideas funestas, y los lechos de muerte sean considerados como ocasiones más felices que los nacimientos y casamientos? Les digo que dentro de poco tiempo esto será ciertamente así para los inteligentes de la raza, y poco a poco para todos.
Quizá digan que éstas son sólo hipótesis respecto a la inmortalidad y no evidencias seguras. En la acumulación de testimonios, en las afirmaciones internas del corazón humano y en el hecho de la creencia en la perduración eterna, como una idea en la mente de los hombres, reside la segura indicación. Pero la indicación dará lugar a la convicción y al conocimiento antes de pasar otros cien años, porque tendrá lugar otro acontecimiento y será dada a la raza una revelación que tornará la esperanza en realidad y la creencia en conocimiento. Mientras tanto se debe cultivar una nueva actitud y establecer una nueva ciencia respecto a la muerte. Que la muerte deje de ser lo único que no podemos controlar y que nos vence inevitablemente, y comencemos a controlar nuestro tránsito al más allá y a comprender algo de la técnica de esa transición. (4-362/3)
(2) En consecuencia, en esta segunda parte, consideraremos el problema de la muerte o el arte de morir. Esto es algo que todas las personas gravemente enfermas deben inevitablemente encarar, y los que poseen buena salud deben prepararse para ello mediante el recto pensar y la sensata anticipación. La actitud morbosa que adopta la mayoría de la gente hacia el tema de la muerte y su negativa a considerarla cuando gozan de buena salud es algo que debe ser alterado y cambiado deliberadamente. Cristo demostró a Sus discípulos la correcta actitud cuando se refirió a Su venida e inmediata muerte en manos de Sus enemigos, y a Su reprensión cuando los vio acongojados, recordándoles que El iría al Padre. Siendo un iniciado de alto grado, quiso significar, esotéricamente hablando, que haría "la restitución a la Mónada"; la gente común y los que no han alcanzado el tercer grado de iniciados hacen "la restitución al alma". (17-290)
Djwhal Khul
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