Cuando
el cielo este gris,
acuérdate
cuando lo viste profundamente azul.
Cuando sientas frío, piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.
Cuando sientas frío, piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.
Cuando
sufras una temporal derrota, acuérdate de tus triunfos y de tus logros.
Cuando
necesites amor, revive tus experiencias de afecto y ternura.
Acuérdate
de lo que has vivido y de lo que has dado con alegría.
Recuerda
los regalos que te han hecho, los abrazos y besos que te han dado,
los
paisajes que has disfrutado y las risas que de ti han brotado.
Si
esto has tenido, lo puedes volver a tener
y
lo que has logrado, lo puedes volver a ganar.
Alégrate
por lo bueno que tienes y por lo bueno de los demás,
acéptalos
tal cual son; desecha los recuerdos tristes y dolorosos,
y
sobre todo no tengas ningún rencor, no te lastimes más.
Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad.
Recorre
tu vida, detente en donde haya bellos recuerdos
y
emociones sanas y vívelas otra vez.
Visualiza
aquel atardecer que te emocionó.
Revive
esa caricia espontánea que se te dio.
Disfruta
nuevamente de la paz que ya has conocido, piensa y vive bien.
Allí
en tu mente están guardadas todas las imagines; ¡Y sólo tú decides cuáles has
de volver a mirar!.
No
hay carga que se nos dé y no tengamos la capacidad de llevar.
Busca
siempre vivir el presente aprendiendo del pasado, no cargues con situaciones y
problemas que ya han pasado.
Piensa
en esto: ¿Cuál era tu mayor problema hace 10 años?
Probablemente
ahora sea nada.
Ahora,
si dentro de 10 años tus problemas actuales no van ha ser nada
¿Por
qué vivir tristes por ellos?
Madre
Teresa de Calcuta
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