Ante todo, mi deseo más profundo es que quien lea este
blog sea muy feliz y logre sus objetivos este nuevo año 2022.
Sobre todo, anhelo que sea un excelente año para todos
los Seres, no solo los humanos, sino también los queridos Animales no humanos,
nuestros hermanos animales a quienes amo profundamente.
Titularé a modo de una especie de fichero o catálogo que
permita a mis visitantes encontrar estos artículos, “conversaciones”, pues así
quiero que sean, como un legado, una especie de charla informal con quienes
visiten estas páginas.
He estado escribiendo poco en estos últimos tiempos pero
como siempre que empieza un nuevo año nos hacemos propósitos, este será uno de
mis propósitos, escribir en este blog tan querido y que veo es aún visitado por
mucha gente ¿qué menos puedo hacer por quienes visitan este espacio en la búsqueda
de alguna respuesta a sus dudas sobre cualquier tema profundo y espiritual? Que
supongo es esa la intención al entrar en un espacio así.
En principio decirles que he recorrido un largo camino. Desde mis 14 años,
que es lo que siempre digo cuando me presento, he estado investigando y
estudiando sobre temas profundos, espirituales, esos que nos inquietan y nos hacen
preguntarnos siempre sobre el porqué de nuestra existencia.
He tenido pequeños logros al respecto, ayudado a bastante gente y aprendido
mucho en esta búsqueda que ha sido bastante solitaria, a veces tuve compañeros
de ruta pero hace mucho que la soledad es mi compañera y creo que está bien, pues
a este aprendizaje, en esta escuela que es la vida, llegamos solos y nos vamos
solos, de modo que, cuanto antes nos acostumbremos a esa idea, mejor llegaremos
al final de nuestro camino y más preparados para atravesar el umbral que nos
llevará hacia nuevos rumbos.
Creo que también he dicho mucho que he sido criada en la
religión católica, bautizada obviamente, tomé la 1era comunión, fui confirmada
debidamente y asistí a instituciones educativas católicas durante toda mi época
escolar y terciaria, de modo que si hay algo que tengo de base en cuanto a lo
espiritual es la religión católica.
Sin embargo, ya a mis º14 años, comencé a sentir que
había algo más, que no podía ser todo como me lo habían enseñado, y sentía,
seguramente debido a mi signo astrológico: Cáncer, una inmensa atracción por
todo lo oculto (tarot, reencarnación, misterios no develados, etc) además, como
eran temas prohibidos en mi ámbito familiar, más sentía esa curiosidad, típica
de una adolescente transgresora obviamente, como debía serlo por entonces.
De nada de lo que hice al respecto me arrepiento porque
cada paso que dí, tengo la certeza, de haber ido de la mano con mis Guías y mi
Ángel de la Guarda, pues creo profundamente en Ellos como si fueran personas
que haya conocido y conozco perfectamente. Confío en Ellos más que en nadie
porque nunca me han defraudado, siempre, aún en los peores momentos, me han
demostrado que allí están para sostenerme y ayudarme a seguir. Y les estoy por
ello eternamente agradecida.
Ellos me mostraron hacia donde ir, que lecturas hacer,
que lugares visitar y siempre dentro de lo que fuera posible para mí teniendo
las limitaciones de la familia en la cual vivía pues todos los temas que al ser
mayor y ya como profesional, abordé, eran totalmente tabú dentro del seno
familiar y me hubieran llevado a recibir castigos seguramente por parte de mis
padres.
Luego me dí cuenta de que todo estaba “meticulosamente
calculado” por estos Seres que guiaron mis pasos día tras día y lo siguen
haciendo.
Obviamente que por entonces, como también lo digo
siempre, en los años 70 la energía era muy densa, no había apertura mental a lo
espiritual, y era sumamente difícil establecer contacto con otras dimensiones,
lo cual ahora es mucho más simple y ligero. Seguramente también se debe a las
prácticas diarias, a toda la ejercitación para poder ser merecedora de tamaño
privilegio como es el de poder escuchar mensajes de Seres de dimensiones tan
elevadas como puede ser la Décimotercera dimensión de donde he recibido nada
más y nada menos que una terapia para ser dada a un alumno que en su momento
necesitó ser sanado del HIV. Nada más y nada menos que eso.
Y vaya que resultó.
Quienes hayan realizado este camino también, que
seguramente los habrá y muchos, sabrán que lo que estoy expresando es cierto. Por
aquellos años todo era mucho más difícil y duro, y era una gran prueba seguir
adelante a pesar de los escollos.
Sin embargo, lo hice y estoy feliz por haberlo hecho, por
no haberme dejado guiar por el temor, por las críticas, por las miradas de
reojo, por el alejamiento de personas a quienes amaba pero no comprendieron mi misión, mis puntos de vista, mis ideales.
El tiempo pasa muy rápido, algo que no creía por
entonces, siendo una adolescente. Sin embargo, luego fui vivenciándolo y
realmente ha sido así, vertiginoso, y voraz. Fue tragando a su paso muchas
etapas, y ni siquiera me dí cuenta.
Si bien podría decir que dejé mucho en el camino persiguiendo
el sueño de ayudar desde lo espiritual, y me hice una experta en el tema, si
tuviera que volver el tiempo atrás, no cambiaría el camino elegido, tal vez
solo algunas formas de hacer las cosas, pero claro, como dicen vulgarmente “con
el diario del lunes” todo es más fácil.
En fin, solo quería compartirles esto, para animarlos a
seguir. El camino espiritual es un “viaje de ida” eso también lo digo siempre,
porque una vez que entrás en esta búsqueda, y aún habiendo encontrado las
respuestas que quieres, no vas a querer volver a tu vieja vida, a lo frívolo, a
lo superficial. Será realmente un camino que podrás abrazar y aferrarte a él, y
ojalá que puedas llevar de la mano contigo a muchos más, si eso es a lo que has
decidido dedicar tu vida en cuerpo y alma, porque así es como debe ser, sin
medias tintas;
En cuerpo y alma, con todo lo que ello significa. Pero
eso… y lo que conlleva, lo dejo para un próximo encuentro.
Buena vida, y buen año 2022
Paz y Luz para quien lea esto.
Marianela Garcet
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